Samsung y Microsoft han anunciado el final de su disputa legal, aunque el escueto comunicado conjunto que informa del acuerdo no revela ningún detalle del mismo. “Samsung y Microsoft se complacen en comunicar que han zanjado el litigio sobre contratos en los tribunales de los EEUU, así como el arbitraje de la ICC. Las condiciones del acuerdo son confidenciales”, indica.

 

El gigante norteamericano de la informática había asegurado que Samsung pretendía evitar el pago de royalties “por valor de miles de millones de dólares”. Aunque desde el año 2011 existía un acuerdo entre las dos empresas, tras adquirir Microsoft la división de teléfonos de Nokia surgió la discrepancia, ya que la operación convirtió a la firma en competidora de Samsung.

 

Microsoft informó en su momento que Samsung le había pagado 1.000 millones de dólares en concepto de licencias desde el comienzo del año 2013 hasta el 29 de agosto, antes de considerar que el acuerdo existente quedaba sin efecto. Ello constituye un buen indicador de la suma que se estaba discutiendo.

 

Samsung alegaba que los smartphones fabricados o comercializados por Microsoft con posterioridad al cierre de la compra de Nokia no quedaban cubiertos por el acuerdo previo.