Reguladores que representan al Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) han suscrito un acuerdo conjunto que describe un conjunto de principios para fomentar la seguridad y competitividad de la inteligencia artificial (IA). Los organismos que representan a los tres bloques se han comprometido a aplicar sus respectivos poderes para frenar los posibles riesgos.

Suscritos por la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA), la Comisión Europea (CE), el Departamento de Justicia de EE. UU. (DOJ) y la Comisión Federal de Comercio (FTC), los principios se centran en modelos fundacionales poderosos y el posible daño a la competencia y los usuarios.

Los cuatro organismos se han referido a la necesidad de controlar los “insumos clave” en el desarrollo de sistemas de IA, así como a prestar más atención a la posibilidad de que empresas dominantes de IA extiendan su poder en los mercados relacionados con la IA.

Es destacable que los principios también mencionen los “acuerdos que involucran a actores clave” como un factor que podría suponer riesgos para la competitividad, como alianzas, inversiones financieras y conexiones entre empresas relacionadas con el desarrollo de la IA generativa (GenAI).

“En algunos casos, tales acuerdos pueden no perjudicar la competencia, pero en otros casos, estas alianzas e inversiones podrían ser utilizadas por grandes empresas para socavar o cooptar amenazas competitivas y orientar a su favor los resultados del mercado, a expensas del público”, señala el documento.

Los reguladores recomiendan que las empresas de IA participen en “negociaciones justas” en lugar de desplegar “tácticas de exclusión”, añadiendo que la innovación probablemente será mayor cuanto más “los productos y servicios de IA y sus insumos puedan interoperar entre sí”.

“Cualquier afirmación de que la interoperabilidad requiere sacrificar la privacidad y la seguridad será examinada de cerca”.

Las alianzas entre gigantes tecnológicos y empresas incipientes han estado bajo la lupa recientemente, con la contratación por parte de Microsoft de personal de Inflection AI, y el cuestionamiento de su alianza con OpenAI.

La directora ejecutiva de la CMA, Sarah Cardell, ha declarado que se colabora con los homólogos estadounidenses y europeos para “establecer nuestro compromiso de ayudar a garantizar una competencia justa, abierta y efectiva en la IA, impulsando el crecimiento y el cambio positivo para nuestras sociedades”.