Según la GSMA, el 43% de la población mundial no utiliza Internet móvil. Según la asociación, la el precio poco asequible de los terminales y la falta de conocimientos en tecnología digital constituyen barreras persistentes.
En su más reciente informe State of Mobile Internet Connectivity (Estado de la conectividad a Internet móvil), la GSMA constata que el número de personas que acceden a Internet móvil había crecido a finales de 2023. Con todo, las tasas de crecimiento se han mantenido estables desde entonces y 3.450 millones de personas siguen “desconectadas”.
En total, 4.600 millones de personas utilizan Internet móvil en la actualidad, pero el número de los que residen en zonas sin cobertura de banda ancha móvil asciende a 350 millones.
La investigación identifica al África subsahariana como “la región peor conectada del mundo”. Tan sólo un 27% de la población total dispone de acceso a conectividad móvil, con una brecha de cobertura del 13% y una brecha de uso del 60%.
Según la GSMA, la completa desaparición de la brecha “generaría un PIB adicional estimado en 3,5 billones de dólares (unos 3,2 billones de euros) a lo largo del período 2023 a 2030”. La asociación señala que el 90% de dicha suma beneficiaría a los habitantes de países con ingresos bajos y medios.
De acuerdo con las estimaciones, se necesitarían inversiones por valor de 148.000 millones de dólares (unos 137.000 millones de euros) para construir las infraestructuras necesarias que permitieran el acceso universal a Internet móvil y redujeran la brecha de cobertura, presente sobre todo en “áreas rurales, pobres y escasamente pobladas”.
Por otra parte, la GSMA ha destacado el elevado costo de los teléfonos móviles en los países con ingresos bajos y medios, donde los dispositivos básicos provistos de acceso a Internet cuestan el 18% del ingreso mensual promedio y el 51% para “el 20% más pobre del planeta”.
John Giusti, director de Regulación de la GSMA, afirma que “la asequibilidad, la falta de formación y de alfabetización, los temores en materia de seguridad y la falta de contenido y servicios relevantes” son barreras persistentes que obstaculizan el uso de Internet móvil.
El directivo añade que “gobiernos, operadoras de telefonía móvil y organizaciones internacionales deberían colaborar para hacer frente a barreras tales como la falta de asequibilidad, de formación digital y de conocimiento de Internet móvil y de los beneficios que esta puede aportar. Al abordar dicha cuestión, tendrían que centrarse también en invertir en ecosistemas digitales locales y garantizar marcos sólidos de seguridad en línea”.
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