La alta dirección de Intel se dispone a presentar un nuevo plan de recorte de costes a los miembros de su junta directiva a finales de este mes, según ha revelado Reuters. Esta estrategia podría llevar al fabricante de chips estadounidense a deshacerse de algunos de sus activos y a reenfocar su inversión en capital (capex).

El plan podría incluir la venta de Altera, la división de chips programables de Intel, así como la suspensión del proyecto de planta en Alemania valorado en 32.000 millones de dólares (aproximadamente 29.800 millones de euros), según las fuentes de Reuters. Esto último forma parte de la estrategia de Intel para “reducir el gasto de la compañía en la expansión de fábricas”.

Se informa que las consultoras Morgan Stanley y Goldman Sachs han sido contratadas para asesorar a la junta directiva de Intel sobre qué negocios podrían venderse. Está previsto que la reunión se celebre en algún momento a mediados de este mes.

Reuters señala que el plan propuesto por el CEO de Intel, Pat Gelsinger, aún no incluye planes para subastar su negocio de fabricación por contrato, Intel Foundry, a un comprador como la taiwanesa TSMC, aunque la estrategia en torno a sus operaciones de fabricación no está “finalizada” y podría cambiar antes de la crucial reunión.

La noticia surge pocas semanas después de que Intel vendiera su participación en la empresa británica de diseño de chips Arm, lo que le permitió recaudar alrededor de 147 millones de dólares (aproximadamente 137 millones de euros).

Recientemente, la firma también redujo su plantilla en más de un 15% para avanzar en su plan de ahorro de costes y reestructuración, valorado en 10.000 millones de dólares (aproximadamente 9.300 millones de euros), que se anunció en la presentación de los resultados financieros del segundo trimestre.

Intel también había suspendido en junio la construcción de una instalación en Israel valorada en 25.000 millones de dólares (más de 23.000 millones de euros), una decisión que, según se informa, achacó a las cambiantes dinámicas del mercado.

Intel afronta dificultades para competir con empresas como Nvidia; su valor de mercado de ha desplomado por debajo de los 100.000 millones de dólares (aproximadamente 93.100 millones de euros) tras los desastrosos resultados del segundo trimestre.