Ericsson ha explicado que está investigando la revocación de los permisos de trabajo de sus empleados en Irak, que se ha producido a raíz de la disputa diplomática en curso entre las autoridades iraquíes y las de Suecia, país de origen del fabricante.

Este último ha declarado a Mobile World Live que está evaluando el asunto y las posibles repercusiones para sus empleados y clientes en el país.

Ericsson ha efectuado dichas declaraciones después de que la agencia iraquí de noticias informara de que Ali Al-Moayyed, director de la Comisión de Medios y Comunicaciones del país, había revocado la licencia de explotación del fabricante.

Al parecer, la medida se enmarca en actuaciones más amplias contra las autoridades y las empresas suecas, debido a una disputa diplomática entre ambos países que, según Associated Press (AP), ha comportado que las autoridades iraquíes ordenaran al embajador de Suecia que abandonara el país.

Según explica AP, la acción se produce después de que un hombre haya amenazado en Suecia con quemar el Corán, después de varios incidentes similares en el mismo país que no han comportado ninguna intervención policial. Dicha amenaza ha provocado protestas en Irak.

Seguridad
Ericsson señala en su declaración que “la seguridad de nuestro personal, colaboradores y clientes es la máxima prioridad” e indica que cuenta con unos 30 empleados a tiempo completo en el país, que prestan asistencia técnica y mantenimiento a las operadoras de telefonía móvil locales.

“En tanto que empresa de rango mundial, que suministra infraestructuras clave de comunicación en más de 180 mercados, respetamos todas las culturas y religiones, y damos un gran valor al respeto a los clientes y empleados, y a las comunidades en las que trabajamos.

“Es sumamente problemático que se apele a la libertad de expresión para manifestar hostilidad contra culturas o religiones. Los incidentes ocurridos en Suecia, que han comportado la quema del Sagrado Corán, son profundamente ofensivos para las creencias religiosas y los valores de los musulmanes de todo el mundo. Este acto no responde a un valor tan fundamental para Ericsson como es el respeto.”