La Comisión Europea (CE) ha dictaminado que el sistema operativo del iPad de Apple se halla dentro del ámbito de aplicación de la Ley de Mercados Digitales (conocida por las siglas inglesas DMA) y ha dado un plazo de seis meses al fabricante para garantizar que no incumple dicha norma.
El organismo regulador señala en una declaración que dicho sistema operativo tiene un papel relevante en el contacto entre empresas y usuarios finales, y debido a ello se sumará a los productos de Apple sujetos a la DMA.
En 2023, la CE incluyó a Apple entre los “reguladores de acceso” sujetos a dicha ley y dictaminó que el navegador Safari, el sistema operativo iOS y la tienda de aplicaciones App Store deberían ajustarse a la correspondiente normativa. Al mismo tiempo, abrió una investigación para evaluar si el sistema operativo para tabletas de la marca debía añadirse a la lista, pese a no alcanzar “los umbrales cuantitativos establecidos en la DMA”.
Ahora, la investigación efectuada por el organismo regulador ha concluido que Apple, también en el caso del iPadOS, “reúne las características de un controlador de acceso”, que ocupa “una posición arraigada y duradera” en el sector.
Así, por ejemplo, destaca el elevado número de usuarios empresariales de Apple presentes en la plataforma y el hecho de que los usuarios finales queden incorporados al ecosistema del iPad.
Margrethe Vestager (en la foto), vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de sus políticas en materia de competencia, ha declarado que la “investigación de mercado pone de manifiesto que iPadOS, pese a no alcanzar los umbrales, constituye una importante pasarela que numerosas empresas necesitan para llegar a sus clientes.
La decisión de hoy garantizará que la equidad y la posibilidad de impugnación se preserven también en esta plataforma, además de los otros 22 servicios designados el pasado mes de setiembre”.
Las regulaciones establecidas por la DMA se concibieron para reforzar la equidad, la competitividad y la apertura en los mercados digitales, y comportan una estrecha observación de las empresas que podrían aprovechar sus posiciones para “crear un cuello de botella en la economía digital”.
Así, por ejemplo, los proveedores de plataformas que se hallan en el ámbito de aplicación de la ley están obligados a garantizar la interoperabilidad con productos de terceros en circunstancias específicas, y también deben cumplir ciertas normas sobre el uso de datos.
Los proveedores del primer tramo de servicios sujeto a la ley debían ajustarse a la normativa antes del 7 de marzo de 2024. Posteriormente, la CE abrió una serie de investigaciones por incumplimiento, entre ellas las de dos servicios de Apple.
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