Las conclusiones expresadas en un informe de Rupert Wood, de Analysys Mason, sobre el descenso de las inversiones de capital de las operadoras en redes parecen una expresión de la doctrina ideológica de Xi Jinping, presidente de China, más que un verdadero documento de posición sobre el ámbito de las telecomunicaciones.

El director de investigación sostiene que el descenso de las inversiones de capital en redes por parte de las operadoras podría interpretarse como una oportunidad para desviar la inversión de “las viejas fuerzas productivas” que ofrecen ancho de banda a un coste cada vez menor y, en su lugar, “sacar partido de fuerzas productivas nuevas y de mayor calidad” que se hallan fuera de los perímetros tradicionales.

Wood propone a las operadoras que inviertan en negocios adyacentes a la infraestructura de red, como por ejemplo distribución de energía verde, redes de vehículos eléctricos o, siguiendo el ejemplo de las operadoras chinas y japonesas, un conjunto más amplio de activos de infraestructura digital.

Xi hace un uso recurrente del popular concepto “nuevas fuerzas productivas de calidad”, a fin de promover un crecimiento que se centre en el avance tecnológico y la autosuficiencia.

A la baja en 2023

Según datos de Analysys Mason, la inversión de capital de las 50 mayores operadoras del mundo se redujo un 3,5% en 2023, tras un aumento del 7,8% en 2022. América del Norte registró el mayor descenso, con una caída del 18% en el gasto de las tres principales operadoras. En Europa, la inversión cayó en un 5,5%.

Las 50 principales operadoras de telefonía móvil suponen alrededor del 78% de las inversiones en telecomunicaciones de todo el mundo.

Durante el mismo año, las inversiones se mantuvieron estables en China, porque las operadoras las destinaron a las capacidades empresariales. Apenas variaron en Japón y Corea del Sur, donde las operadoras invirtieron en líneas de negocio adyacentes.

De las 42 operadoras que ofrecen previsiones de inversión para 2024, 28 prevén un descenso. La mayoría de las operadoras que trabajan sobre todo en mercados emergentes indican una disminución. Tan sólo seis prevén incrementar el gasto, mientras que otras ocho pretenden mantenerlo estable. Las previsiones a más largo plazo apuntan a un descenso cada vez mayor.

Según las previsiones de Analysys Mason, la intensidad de capital (inversión de capital como porcentaje de los ingresos) caerá de un 20% al 12%-14% a finales de la década. El motivo es que los abonados no necesitan más que la fibra de 1 Gb/s y la 5G ilimitada que las redes actuales ofrecen sin problemas, y el crecimiento de la demanda medible se ralentiza año tras año.

Wood prevé tan sólo un crecimiento limitado de las redes 5G y 5G-Advanced autónomas, porque algunas operadoras no podrán justificar nuevas actualizaciones tras pasar a 5G no autónoma. Esto se debe tanto a la escasa demanda como a que la inversión necesaria para el despliegue de 5G no autónoma es menor.

Tendencias en Asia-Pacífico

Neale Anderson, responsable de investigación en telecomunicaciones de HSBC en Asia-Pacífico, ha declarado a Mobile World Live que la situación en el continente asiático es complicada y ha destacado algunas tendencias clave.

Prevé una mayor inversión en nuevos negocios en China. Señala que hasta hace poco dicha zona crecía con rapidez y no era difícil comprender su dinámica. “Sin embargo, se ha vuelto más difícil alcanzar visibilidad y se exige a los inversores que aguarden durante un período de inversión de capital elevada, pero menor rentabilidad demostrable”.

En Japón, el mejor resultado radicaría en el equilibrio entre la inversión para el crecimiento y la rentabilidad para el accionista. Según el analista, KDDI ha realizado una buena labor en la búsqueda de dicho equilibrio, mientas que NTT se ha inclinado más bien por la inversión para el crecimiento.

En Taiwán y Hong Kong se espera que las operadoras dediquen un mayor volumen de fondos salidos de su decreciente inversión de capital al rendimiento de los accionistas, lo que reflejaría las prioridades de estos últimos.

Anderson señala que las iniciativas de las operadoras de Corea del Sur para añadir valor a las ofertas existentes podrían dar lugar a una mejor combinación, pero históricamente los directivos empresariales de dichos países han preferido invertir para crecer. La fuerte apuesta de SK Telecom por la IA es un buen ejemplo de ello.

Impacto sobre los suministradores

Si bien las operadoras podrían generar beneficios al cambiar sus prioridades para maximizar el uso eficiente de los activos y estudiar las oportunidades de nuevos modelos de negocio, la mayoría de los fabricantes de equipamiento se ven perjudicados también por la situación actual.

Un par de estudios del grupo Dell’Oro destacan el impacto de la ralentización de los despliegues de 5G. Así, durante el segundo trimestre, tanto el mercado de núcleos de red para telefonía móvil como los ingresos derivados del equipamiento de transmisión por microondas han experimentado un decrecimiento interanual del 8%.

Las perspectivas a largo plazo tampoco llaman al optimismo. En agosto, la firma de analistas revisó una previsión que afirmaba que los ingresos generados por las redes RAN disminuirían de acuerdo con una tasa de crecimiento anual compuesto del 2% durante los próximos cinco años.

Visto que las ratios de inversiones de capital / ingresos van a la baja, Matthew Iji, director de modelado de datos y previsiones de GSMA Intelligence, arguye que la posición del sector en 5G es comparable a la que vivió con la 4G en 2016. “Las ratios de inversión de capital a ingresos en torno al 16% son exactamente lo que cabría esperar en esta fase del ciclo”.

No prevé que se vuelva a los niveles de inversión anteriores hasta la llegada de la 6G. “Si bien habrá inversiones continuadas en 5G y 5G-Advanced autónomas, no parece que las operadoras tengan prisa por ofrecer servicios 5G a nivel nacional.”

Iji apunta que una mayor adopción de 5G y 5G-Advanced autónomas, o un lanzamiento temprano de la 6G, podrían cambiar las perspectivas de inversión, y señala que “las nuevas generaciones promueven la inversión, porque las operadoras tratan de superar a sus competidores”. En su opinión, la 6G no está incluida en las previsiones de inversión de capital, porque no se espera que dicha tecnología llegue hasta finales de la década, pero de todos modos será un motor importante.

Según parece, los fabricantes de equipamiento deberán esperar a que la 6G estimule nuevas fuerzas productivas que den un nuevo impulso al mercado de redes RAN.