Cyanogen, la firma que gestiona la plataforma de software homónima derivada de Android, ha finalizado una ronda de financiación que le ha aportado 110 millones de dólares (algo más de 100 millones de euros) y sitúa la valoración de la empresa en unos 500 millones de dólares, según Bloomberg. Entre los inversores se cuenta PremjiInvest, el fondo de capital riesgo propiedad de Azim Premji, presidente de Wipro. En cambio, Microsoft, que supuestamente estaba negociando con la firma con sede en Palo Alto, no ha participado en esta ronda.

 

El sistema operativo Cyanogen para smartphones, basado en Android, permite que los usuarios personalicen el dispositivo y el contenido y está pensado para proporcionar a los desarrolladores una versión abierta del Android de Google con la que trabajar.

 

Según Richard Windsor, autor del blog “Radio Free Mobile”, los fabricantes de teléfonos OnePlus, Alcatel-TCL y Micromax utilizan el software de Cyanogen, pero calcula que sus volúmenes en 2014 fueron minúsculos. Cyanogen parece tener “mayores ambiciones porque pretende ir más allá del sistema operativo y comenzar a desarrollar algunos servicios que sus clientes puedan adoptar”, escribe Windsor.

 

También observa que a medida que Google desplaza cada vez más funciones de Android a su software Google Mobile Services (GMS), Cyanogen se verá obligada a crear más código propio para llenar el vacío. “Ello, combinado con el deseo de hacer mucho más que simplemente proporcionar el sistema operativo, es lo que creo que hay detrás de los 100 millones de dólares que Cyanogen acaba de recaudar”.

 

Cyanogen ya ha indicado que tiene previsto abrir su propia tienda de aplicaciones en un plazo de 18 meses.

 

Windsor opina que un conjunto de software más abierto sería especialmente atractivo en China e India, donde el desarrollo del ecosistema acaba de comenzar y la mayoría de los fabricantes están deseosos de zafarse del control por parte de Google. Los objetivos principales deberían ser Baidu, Tencent, Alibaba y China Mobile, porque todos ellos han encontrado dificultades en la creación de ecosistemas propios.

 

La empresa, creada en 2009, tiene unos 120 empleados, prácticamente todos ingenieros.