Antonio Coimbra, consejero delegado de Vodafone España, reconoce que la compra de la operadora de fijo Ono dará lugar a redundancias entre las plantillas de ambas empresas que se saldarán con el despido de al menos 600 empleados. En declaraciones recogidas por Europa Press y publicadas por elEconomista, Coimbra ha asegurado este miércoles en Madrid que “en procesos de este tipo las redundancias suelen ser de entre el 10% y el 30%”. En este caso, dado que Vodafone tiene una plantilla de 3.500 personas y Ono aporta otras 2.500, el número de puestos redundantes oscilaría entre los 600 y los 1.800.
De todos modos, el directivo espera que “la cifra esté más cerca del 10% que del 30%, porque Vodafone y Ono son empresas complementarias”. Las duplicidades afectarían sobre todo al ‘back office’, dado que por ahora la empresa mantendrá separados los negocios de móvil y de fijo. Antonio Coimbra ha insistido no obstante en que concretar cifras sería “precipitado”, porque hasta ahora sólo se han analizado las plantillas al nivel más alto, el de los cargos directivos. La empresa espera tener cerrado el plan de ajuste de plantilla en abril de 2015, cuando finaliza su ejercicio fiscal.
Vodafone anunció a mediados de marzo el acuerdo de compra de Ono por valor de 7.200 millones de euros. La Comisión Europea aprobó en junio la operación, que quedó formalizada el día 23 del mismo mes. Con la compra, la planta total de clientes de Vodafone en España se sitúa en los 14,8 millones de telefonía móvil -más de 1,7 millones con acceso a servicios 4G- y 2,7 millones de banda ancha fija. La firma facturó 2.117 millones de euros entre abril y septiembre de este año y se encuentra inmersa en un plan de despliegue de red de fibra óptica y 4G, con 600 millones de euros invertidos entre abril de 2013 y marzo de 2014.
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