Un grupo de grandes empresas del sector tecnológico, entre las que se hallan Google, Microsoft, OpenAI y Anthropic –pero no Meta Platforms– ha suscrito una declaración que advierte del peligro de que la IA nos conduzca a la extinción de la humanidad.
Entre los firmantes de la declaración destacan Sam Altman, director general de OpenAI y responsable de la plataforma de IA generativa ChatGPT, Demis Hassabis, director de Google Deepmind, Dario Amodei, cofundador de la empresa de desarrollo Anthropic, y varios directivos de Microsoft.
La declaración, promovida por la asociación de investigadores sin ánimo de lucro Centre for AI Safety (Centro para la Seguridad de la IA) , consta de una única frase: “Mitigar el riesgo de extinción provocado por la IA debería ser una prioridad mundial, al mismo nivel que otros peligros que afectan a toda la sociedad, como las pandemias y la guerra nuclear”.
Geoffrey Hinton y Yoshua Bengio, pioneros de la IA, también figuran como firmantes, así como otros académicos que investigan dicha tecnología, científicos que trabajan en el desarrollo de sistemas y profesores de universidades chinas.
Sin embargo, al enumerar los apoyos que ha recibido la declaración, el Centre for AI Safety subraya que “los directivos de Meta no han firmado”.
La ausencia de Meta Platforms confirma un mensaje publicado recientemente por la empresa en el que se afirma que los temores en torno a la IA podrían ser exagerados.
El profesor Yann LeCun, científico jefe de investigación en IA de Meta Platforms y ganador de un premio Turing junto con Hinton y Bengio por su trabajo pionero en redes neuronales, ha tuiteado que “la reacción más común de los investigadores en IA ante estas profecías catastrofistas es exclamarse ante su estupidez”.
Dan Hendrycks, director del Centro de Seguridad en Inteligencia Artificial, ha añadido que es crucial abordar los efectos negativos de la IA, que ya se hacen sentir en todo el mundo.
“Mientras nos enfrentamos a los riesgos inmediatos de la IA, como el uso malintencionado, la desinformación y la falta de autonomía, la industria de la IA y los gobiernos de todo el mundo también deben afrontar seriamente el riesgo de que la IA futura suponga una amenaza para la existencia humana.”
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