Jessica Rosenworcel, presidenta de la FCC (siglas inglesas de Comisión Federal de Comunicaciones, el organismo regulador estadounidense), ha presentado un plan de reorganización que aspira a dar una mejor respuesta a las necesidades de la industria de satélites artificiales, por entender que las normas vigentes no tienen en cuenta la evolución del sector de telecomunicaciones.
Rosenworcel planea dividir la actual Oficina Internacional de la FCC en dos. Una de las divisiones resultantes trabajaría en la regulación del espacio exterior y la otra en la cooperación con organismos reguladores homólogos.
La presidenta de la FCC ha declarado que la Oficina Espacial procurará que el organismo regulador utilice correctamente sus recursos a fin de cumplir sus obligaciones legales, “mejorar la coordinación” con el gobierno estadounidense “y respaldar a la industria de satélites artificiales del siglo XXI”.
Rosenworcel ha señalado que el organismo que dirige ha recibido solicitudes para 64.000 nuevos satélites durante los últimos dos años, y que al mismo tiempo han emergido “nuevos modelos comerciales, nuevos actores y nuevas tecnologías”, dentro de una serie de “servicios por satélite y actividades basadas en el espacio” de carácter pionero “que requieren el acceso al espectro de telecomunicaciones móviles”.
El plan también podría contemplar la imposición de normas más estrictas sobre la reducción de desechos en el espacio exterior. Según Rosenworcel, dicha tarea corresponde a la FCC en virtud de la legislación aprobada en 1934.
Así mismo, Rosenworcel quiere crear una Oficina de Asuntos Internacionales independiente que se ocupe de los asuntos relacionados con la regulación de las comunicaciones internacionales y la concesión de licencias.
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